La cita que tuvimos estuvo espectacular. ¿Sabes?, siento como si estuvieramos en nuestra luna de miel, kkk. Probablemente se debe a que me siento liberado ahora, con más tiempo. Ya que estoy en modo ermitaño con el mundo excepto tú (y algún otro deber puntual), siento que puedo hacer estas pequeñas cosas para ti con plenitud.
Siento que debo aprovechar el tiempo, mientras pueda.
No sé cuándo los temas mundanos volverán a su curso, pero al menos tendré unos meses. Quiero hacer que estos meses sean como una luna de miel para ti, para nosotros. Que tengamos citas, que pasemos tiempo de calidad juntos, poder alegrarte el día todos los días.
Esa sería una vida maravillosa, musa.
Y lo hago sin miedo esta vez. ¿Por qué? Porque supiste adaptarte a los cambios que llegaron cuando, luego de iniciar nuestra relación, me vi reducido de tiempo. Me apoyaste y estuviste ahí en cada paso. Por eso yo creo que te mereces no solo que busque dedicarte todo el tiempo posible ahora que puedo, sino más. Mucho más.
Déjame seguir colmándote de mimos y atenciones, solo son para ti, mi bebé. Te amo. Día cuatro de treinta, tachado.
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